Colombia, Bogotá
Tras sobrevivir casi 12 años de cautiverio en poder de las FARC y un operativo de rescate bajo intenso fuego, cuatro uniformados, entre ellos el general más antiguo de la policía y el de más alto rango en manos de la guerrilla, se reencontraron ayer lunes con sus familias entre besos y abrazos. Un comando especial del ejército rescató al mediodía del domingo en un sector del departamento de Guaviare, al sur colombiano, al general Luis Mendieta, al coronel Enrique Murillo -ambos de la policía- y al sargento del ejército, Arbey Delgado.
La madrugada del lunes el ejército localizó al teniente coronel de la policía William Donato, quien al momento del rescate corrió en una dirección diferente a la de sus otros tres compañeros cautivos. Los secuestradosDiecinueve uniformados siguen en poder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. “Reitero una oferta, si a estos integrantes de la guerrilla...
abandonan la guerrilla, liberan los secuestrados, nosotros les damos todas las recompensas” judiciales y monetarias, dijo el presidente Alvaro Uribe en un discurso en Manizales, a 165 kilómetros al noroeste de Bogotá. Más tarde en una alocución transmitida por radio y televisión a todo el país, Uribe explicó que “fueron 20 minutos eternos” los que soportó durante un consejo comunal de gobierno en la ciudad de Manizales, a 165 kilómetros al noroeste de Bogotá, al referirse al momento del rescate de los mi- litares. El mandatario hizo sus declaraciones tras escuchar el relato de Mendieta, cuando afirmó que fue un rescate “a fuego y granadas, pero sin sangre”.
El comandante de las fuerzas militares, general Freddy Padilla, dijo que el operativo comenzó a planearse luego que el 11 de marzo el ejército rescatara a un guerrillero herido quien, dijo, le dio datos adicionales a la inteligencia del ejército sobre el paradero de los cuatro secuestrados. Un grupo especial de 12 militares entró al campamento mientras al menos otros 200 estaban en las zonas alrededor de un punto en la selva a pocos kilómetros de AFP Calamar, en el departamento de Guaviare y a unos 330 kilómetros al sureste de Bogotá.
Desde el día en que se autorizó la operación a inicios de este mes, el comando llevaba nueve días internado en la selva. “Los tomamos de sorpresa”, dijo Padilla en su despacho. Los cuatro rescatados llegaron antes del mediodía al aeropuerto militar de Bogotá desde una base castrense en Guaviare, y fueron recibidos entre abrazos y besos por un tumulto de parientes.
URIBE: O SE DESMOVILIZAN O SE ENFRENTAN El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, dijo ayer a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que tienen dos caminos: desmovilizarse y reinsertarse tras entregar a los secuestrados o afrontar operaciones militares como la de este domingo que rescató a cuatro rehenes.
En una alocución en la Casa de Nariño (sede del Ejecutivo), que fue televisada en directo, Uribe se presentó junto a los cuatro liberados, el general Luis Mendieta, los coroneles Enrique Murillo y William Donato, y el sargento Arbey Delgado. Ante ellos, el presidente reiteró su oferta a los guerrilleros para que entreguen voluntariamente a los secuestrados, horas después de recordar desde la ciudad de Manizales que los reinsertados recibirían recompensas y podrían iniciar una nueva vida en libertad.
“Aquellos integrantes de la narcoguerrilla que tienen en sus manos a estos compatriotas les invitamos a que abandonen el grupo terrorista, a que se desmovilicen, a que regresen a la libertad a estos compatriotas secuestrados”, dijo.
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