sábado, 5 de junio de 2010

Obama: "Esta es nuestra principal prioridad y merece una respuesta equiparable al desafío que representa",

GRAND ISLE, Luisiana, EE. UU. (AP) - Con la intención de demostrar que tiene un firme control sobre la crisis en el Golfo de México, el presidente Barack Obama inspeccionó una playa contaminada, oyó lo que calificó de "narraciones conmovedoras" de la catástrofe y declaró que va a insistir hasta que se contenga y limpie la mayor fuga petrolera en la historia de la nación.


"Es un asalto a nuestras costas, a nuestro pueblo, a la economía regional y a comunidades como ésta", afirmó Obama desde esta pequeña isla al sur de Nueva Orleáns que se ve amenazada por el derrame masivo. "La gente está presenciando cómo se esfuma su subsistencia en la arena".
En momentos en que 20.000 personas están trabajando para contener y limpiar la enorme mancha petrolera, Obama anunció que triplica el número de personas dedicadas a esas tareas en los lugares a los que ha llegado el petróleo o a los que se acerca.



"Esta es nuestra principal prioridad y merece una respuesta equiparable al desafío que representa", dijo en un podio instalado en la costa frente a aguas de un azul inmaculado. Antes de hablar, podían verse delfines y peces debajo del agua y gaviotas sobrevolando.



Once personas murieron cuando la plataforma alquilada por BP explotó y se hundió, provocando que comenzaran a brotar millones de litros de crudo desde el fondo del mar. La población de la costa se muestra exasperada ante la incapacidad de la empresa y del gobierno de frenar el enorme chorro de petróleo y esa frustración se extiende al resto del país.



El director general de BP Tony Hayward dijo a la cadena CBS que no será sino hasta el domingo cuando se sepa si ha tenido éxito el bombeo de barro pesado para cegar el pozo. Se mostró confiado en que la técnica de taponar el pozo con lodo pesado dará los resultados esperados.
BP, propietario del pozo y mayor productor de petróleo y gas en Estados Unidos, empezó a bombear barro el miércoles por la tarde en un intento de contener el derrame, cuya magnitud ya sobrepasó el desastre del Exxon Valdez.



La maniobra ha dado resultados en tierra firme pero nunca se había intentado en el lecho submarino. BP apeló a ella después que no logró contener el crudo al canalizarlo a través de un tubo de 1.600 metros (una milla) de largo.



El almirante Allen dijo a la cadena ABC que el lodo vertido ha presionado el petróleo hacia abajo, pero que el desafío mayor será mantener suficiente presión sobre el flujo petrolero como para colocarle encima un tapón de cemento.



"La verdadera cuestión es si lo podemos mantener", agregó, "y ésa será la cuestión decisiva en las próximas 12 a 18 horas".

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